13 de febrero de 2009

Sangre en el establo



LEO “CABALLERIZA”, de Rodrigo Rey Rosa, un animal raro en la cada vez menos ponderable literatura latinoamericana, que aborda el mundillo aristocrático de su natal Guatemala para, una vez más, criticarlo sin hacerlo. Los criadores de caballos son esta vez el blanco de su prosa breve y letal como hoja de navaja que en pocas líneas marca el trazo de un thriller verídico y galopante.

La novela empieza explicándose a sí misma y es en ese acercamiento donde Rodrigo Rey Rosa encuentra una luz que brillará en el resto de las páginas. “Debería usted escribir algo acerca de esto”, escucha el narrador que le dice una voz y él, que no está acostumbrado a seguir este tipo de consejos, sigue esa ruta a sabiendas de que el mundo de los criadores de caballos no es su fuerte.

El mismo autor ha confesado que este hecho pasó en realidad, y que fue el principio para dar el salto y adentrarse en el oscuro terreno de su propia imaginación. Inclusive tuvo que pedirle permiso a su padre, quien también figura como personaje, para incluirlo en la historia de un crimen, una pasión y una, entre muchas, perversidades que se esconden en Guatemala.
Fuente: El País.
Ya en “Piedras encantadas” (El Andariego, 2008) Rodrigo Rey Rosa (RRR) nos presentaba la única patria que él concibe: “el país más hermoso, la gente más fea”. En aquella novela breve, las secuelas del crimen organizado a nivel institucional dejan su huella contaminante en los demás niveles de la sociedad. Una mancha difícil de quitar.

Los abogángsters, el dinero al servicio de los poderosos, la basura y los mendigos, las armas, el asfalto, los secuestros, las amenazas de muerte, las drogas y los caballos forman una ciudad que puede ser cualquiera; que puede ser ésta si tuviera a RRR en el parque de la otra esquina, sentado en una banca, observándonos a todos.

En “Caballeriza” se desarrolla menos el conflicto social que el drama singular de una familia potentada, atrapada en su propia, y blindada, miseria. El paisaje citadino cede al campestre, surcado por veloces camionetas de lunas polarizadas, y el detalle costumbrista brilla sin resplandecer dentro de un lenguaje que RRR pule mejor libro con cada libro.

Dice RRR en una entrevista (1): “Al principio pensé que tenía que cambiar los nombres. Temía nombrar personas reales. El miedo controlado causa cierto placer. Si no siento cierto temor al escribir, creo que no podría transmitir lo que quiero, el miedo”.

(1) http://letras.s5.com/gc010209.html

1 comentario:

David Pérez Vega dijo...

Hola

De “Caballeriza” recuerdo, especialmente, el primer capítulo que me pareció muy bueno. Aunque quizás, después, me pareció que la intensidad de lo narrado bajaba algo, sobre todo, cuando se descubre al niño secuestrado con una treta narrativa propia de un libro de Los 5.
Me gustó más “El cojo bueno”, con su viaje a África, o “La otra orilla” que transcurre entero en Marruecos. De sus novelas que quedo con “Lo que soñó Sebastián”, que me parece la más evocadora y conseguida.

Leí este último año dos nuevos libros de él: uno con las novelas cortas “Cárcel de árboles” y “El salvador de buques”, ambas impactantes.
Y el libro de relatos, formado a su vez por dos libros: “El cuchillo del mendigo” y “el agua quieta”. El primero me desconcertó, demasiado onírico, demasiados cortos los relatos, casi sin desarrollos, mero apuntes alucinatorios… Me gustó más el segundo, con un estilo más en la línea norteamericana, Carver…

Le publicó a RRR su última novela Anagrama, y, al menos en España, aún se pueden encontrar sus libros en librerías de viejo. Un escritor muy a tener en cuenta.

saludos